Cossa, Sergio
La última alma humana calmó la tempestad de fuego asesino, horneó infinitos panes para los que vinieran y luego caminó a través de continentes y océanos en su búsqueda. Durante siete días lo intentó, pero no logró resucitar ni a uno de los miles de millones de cadáveres calcinados. Desahuciada por su fracaso, elevó los ojos al cielo y consintió:
–Tenías razón, Padre....