Salguero, María Aurora
Los vestidos de seda y fantasía danzaban dibujando la fiesta. Casi todas las muchachas recurríamos a la falletina, que siendo económica brillaba y se podía llenar de lentejuelas. La nona era la encargada de dirigir el grupo de costureras y todas fantaseábamos con llevar la corona de reina barrial. Los muchachos se las ingeniaban para tener coloridos disfraces: superman,...