Ferraiolo, Nicolás
Aquel día el mocoso supo lo que iba a pasarme. Lo hizo con malicia, con intención. Habrá sido su primera burla a la humanidad. Se caía, se levantaba, lloraba, reía dos segundos para llorar más, se golpeaba todo y mucho (me descubrí tres veces moviendo los pies como si fueran los suyos, como si yo quisiera caminar por él; como pasa cuando miro fútbol, que quiero patear la...