Capasso, Mario
Eulogia no pudo saltar la tapia, así que se quedó de este lado del campito. Pero lo extraña, eso se nota, la pucha que sí.
Anoche, sin ir más lejos, no pudo poner la mesa y dio vuelta las sillas y salió a pitar afuera y a mirar las estrellas, a ver si lo veía aunque sea de pasada y de refilón, dijo.
Y antes de ayer, mientras cebaba mate y después se lo tomaba como quien se...