Mancilla, Eduardo
Enfrente estaba el equipo imbatible del campeonato, con sus grandes hazañas y hombres insuperables. Debíamos extremar los recursos, formamos dos líneas de cinco defensores, nos colgamos del travesaño todo el partido, tiramos la pelota a la tribuna ni bien podíamos tocarla, fingimos lesiones hasta la exasperación, intentamos sobornar al árbitro con alguna hermana bien dispuesta....