Avogadro, Marisa
Sólo se veían lentejuelas violetas, con destellos azules y sus inmensos ojos profundos e inquietantes. Una delgada y suave mano apoyada en el costado de la cara, sosteniendo el antifaz que cubría su rostro.
Su cuerpo se movía levemente, con gracia, dejando un aroma a flores a su paso. Las miradas se posaron sobre ella. Casi sin notarlo, giró en dirección al norte, donde estaba...