Varios
Sapia, María Emilia
El Lobo ataca, pero tal hecho corresponde a su propia naturaleza e instinto animal, exacerbados por la conducta de Caperucita.
Sapia, María Emilia
La versión de que Caperucita, cuando el lobo pregunta ¿DÓNDE VAS? responde: A BAÑARME DESNUDA EN EL RIO, cobra cada día más fuerza.
Sapia, María Emilia
Que Caperucita confunda al Lobo con la abuela indica lo poco que iba a verla, hecho que denota abandono de persona por parte de la joven.
Savoia, Liliana
Camino a casa de abuelita se topó con los piquetes de la General Paz. El lobo, entre las gomas humeantes gritaba junto a ella a viva voz.
Shammah, Norberto
El lobo se cansó de metáforas y con la anuencia de la abuela, cuando llegó caperuza le propuso casamiento. En el bosque el cazador aún llora.
Shammah, Norberto
Caperucita negocia en medio del bosque que lobo feroz se coma a su abuela y la deje vivir en paz con cazador 30 años mayor.
Shammah, Norberto
Caperucita se pierde en el bosque. Se cree en ataque de un lobo. El lobo dice ser inocente. La abuela reclama justicia.
Shammah, Norberto
Caperucita admite que mintió sobre ataque de lobo. Se escapó con cazador 30 años mayor. La abuela le pide que vuelva, que ya la perdonó.
Shammah, Norberto
Lobo querido: mi abuela nos ha descubierto. Tuve que mentir y decir que quisiste atacarme. No podremos vernos por un tiempo. Te amo.
Shammah, Norberto
Voy cruzando el bosque a lo de mi abuela. Siento que me sigue un lobo. Tengo miedo. Voy a tener que usar el revólver de mi canastita.
Shammah, Norberto
Salud: cuídese en el bosque de lobo feroz. Ocupación: visita familiar anciano querido.
Negocios: conocerá a cazador que le brindara seguridad.
Shammah, Norberto
Fue un viaje sin problemas y llego antes de tiempo. Antes de golpear miro por la ventana. Mi abuela merienda con un cazador y un lobo feroz.
Siri, Agustina
Último momento. Crimen pasional. Muere piba vestida de rojo en el bosque. Su abuelita y un lobo, únicos implicados.
Serra, Lorena Lara
Había una vez un lobo solitario. Se enamoró tan ferozmente de una mujercita de capa roja que se comió a toda su familia y con ella se quedó.
Serrano, Gisela
¿Qué mató a la abuelita, el lobo o la humedad?
Serrano, Gisela
¿Lobo está? Estoy comiéndome a la abuelita…
Simone, Elizabeth Viviana
El bosque se transformó en desierto. Gracias a su capa roja y a su canasta con frutas sobrevivió hasta la última tormenta.”
Simone, Elizabeth Viviana
“Colorín y colorado, por este gran espejito (#CaperucitaRoja) el cuento aún no se ha acabado…”
Sosa, Florencia Carolina
Luego de 33 días, apasionante rescate de Caperucita Roja. “Presidente, la niña está a salvo”, anunció el guardabosques.
Summo, Marcelo
“Último momento: Caperucita no es roja, es celeste y blanca, la vi llorar por la muerte de Néstor”.
Supertino, Gerard
“…tu llanto no ha de humanizarme, pequeña Caperucita Roja, soy un lobo… ¿si mi deber es comerte, no es el tuyo servirme de alimento?”
Tangelson, Guillermo
- Comí a tu abuela pues no soportaba verla siempre sola –dijo el lobo.
- ¡Qué corazón tan grande tienes! –replicó Caperucita al dejarse comer.
Tangelson, Guillermo
Un día Caperucita tiñó su capa de negro. El lobo creyó que era de los suyos: - Una anciana llora su soledad en el bosque. La comeré y vengaré a quienes la dejaron. - ¿Por qué a ella? Comamos a la hija. Y le crecieron grandes colmillos.
Tuñez, Gabriel
La abuela se colocó el pañuelo, tomó la foto de su nieta Caperucita y comenzó a rondar la plaza. Un policía, llamado Lobo, la mira serio.
Tuñez, Gabriel
La abuela se puso el pañuelo blanco y comenzó a rondar con la imagen cubierta con una capa. La mira un lobo de azul.
Uekado, Mariano
Luna llena. El leñador visitó a su abuelita. Volveré mañana, dijo, cuando seas humana otra vez. Así lo hizo, convertido en Caperucita Roja.
Uekado, Mariano
A Caperucita Roja se le hizo tarde pero pudo llegar a tiempo para escuchar la aburrida historia del leñador, una y otra vez.
Uekado, Mariano
Llegar tarde tiene sus ventajas: al lobo le tocó hacer otro papel y así salvó su vida. Murió Caperucita Roja.
Uekado, Mariano
La abuelita compró los derechos del cuento. El lobo devora a Caperucita y al leñador. Ella duerme abrazada al lobo.
Urtasun, Marta
Cuando se supo que la niña de la caperuza roja era la nieta 103, “El lobo” huyó al bosque por el camino más corto. Uno de los suyos se lo comió.
Uva, Elvira
Caperucita y el otro
El lobo dejó de acechar a Caperucita Roja y, gentilmente, le cedió la oportunidad al toro. También la sangre es roja.
Uva, Elvira
Chusma
La abuela grita; el lobo aúlla; Caperucita gime. Los vecinos, de parabienes.
Uva, Elvira
Hacer el cuento: Encontré a mi novio en la cama de mi abuelita. No encendí la luz y le hice creer al muy imbécil que lo había confundido con ella. En la cocina, busqué una cuchilla que le clavé en el corazón mientras mi abuela salía del baño envuelta en una toalla y con el cabello húmedo. Después, le hicimos a la policía el cuento de Caperucita. Siempre fuimos muy compinches, mi abuelita y yo.
Uva, Elvira
“Murió virgen y santa”, comentaban los vecinos de Caperucita. El lobo recordaba, voluptuoso, y le encendía una vela cada noche.
Uva, Elvira
La roja Caperucita encabezó una revuelta que terminó con abuelitas, madres y cazadores. La revolución fracasó al casarse con el lobo.
Uva, Elvira
La desobediencia mostró a Caperucita el camino no trazado; el deseo, la cama; el castigo, la fama. No hay panza que por bien no venga.
Uva, Elvira
Sorprendí a mi novio en la cama de abuelita y a ella saliendo de la ducha envuelta en un toallón. No contaron el cuento.