Zigliani, Mauro
Cuenta la historia que Marcos Martín Pérez, un wing puro de los que no abundaban por los años `40, dejó escapar su última y espeluznante exhalación de oxígeno en pos del pique mas largo que jamás había dado. Como todo en su vida, la idea era llegar al fondo y tirar el centro buscando al 9 del área, que en un equipo humilde como lo era Trabajadores de la Carne, era difícil de abastecer. Era tan espinoso atacar, que si los wines pasaban la mitad de la cancha les afloraba el síndrome conocido como “miedo escénico”, dado que dicha excursión sólo se daba en contadas ocasiones.
“Corre Pérez, corre”, vocifera con desespero su Director Técnico emocionado al verlo tan solo por el costado derecho; “encara y tirálo al segundo”, seguía gritando Roberto Mario Lugones, de unos 54 años, entrenador táctico de Trabajadores por su condición de empleado del Frigorífico Moore, el más grande de la zona.
Lo que no muchos imaginaron esa tarde era que Marcos Martín Pérez, mas conocido como “el pescadito”, se convertiría ese día, el sábado 26 de junio de 1943, en el primer wing que dejaba de serlo, no solo por abandonar su empecinada obsesión en ir por la raya, sino porque por primera vez en su vida, tomaba una decisión drástica, tan drástica que le costaría la carrera.
Engancho para el medio, sí señores, engancho para el medio; burló dos defensores y sacó un remate seco, potente, con tanta fuerza que parecía que iba cortando el césped… Tanta mala suerte tuvo Pérez, que el remate se fue desviado, desviadísimo; tan lejos fue que impactó en el ombú que esta sobre la Lisboa, la avenida principal de la ciudad donde tenía el estadio Trabajadores de la Carne.
Ahí fue, ese día, ese instante… El pescadito Marcos Martín Pérez, en cuanto se levantó del suelo, visualizó lo inevitable. Advirtió la cara de su DT, y muy dentro suyo, con un dolor en el alma, susurro: “no juego mas”. Y así sucedió.
Roberto Mario Lugones, el técnico de Trabajadores de la Carne, lo sacó a los 34 minutos del segundo tiempo, con el resultado 0 – 1, y sin brindarle ninguna explicación, aunque se caía de maduro. Pérez deambuló por diferentes equipos, pero nunca más volvió a alcanzar ese nivel… mucho menos a encarar para adentro.
Lo que él nunca supo ni se pudo enterar, es que con esa jugada se convirtió en el primer carrilero por derecha. Fue el primer wing en abandonar la línea de cal, el primero que se animó y fue para adentro, y de haber convertido ese gol, estaríamos hablando de un antes y un después de Marcos Martín Pérez, “el pescadito”, el primer carrilero por derecha.