Di Giacomo, Silvia
Salieron del cine y caminaron por el parque hacia la casa de ella. Había una luna llena brillante, maravillosa. Iban tomados de la mano, en silencio, disfrutando de la noche. Ella le dijo: “Estuvo buena la peli, aunque a mí las historias de vampiros… ya sabés, mucho no me gustan. La escena que me encantó fue cuando estaban en medio del bosque, iluminados por la luz de la luna llena y él sintió el irresistible impulso de morderle el cuello. Parecía que iba a hacerlo, pero el amor fue más fuerte y le dio un beso que me puso la piel de gallina. Me gustaría que me besaras así alguna vez”.
Lo miró y le pareció que él estaba muy pálido, pero pensó que era debido a la luz blanca de la luna.
Él contestó: “Te voy a dar el gusto, me siento romántico en este momento”.
La besó apasionadamente, luego bajó hasta su cuello, le clavó los colmillos y comenzó a chupar la sangre con delectación.