Gaziano, Mirta
La gata siamesa avanzaba pegada a la pared con la correa tironeada por su dueña. Ambas mantenían un paso desparejo, la gata asustada, mirando espantada a su alrededor, para ella era extraño eso de alejarse sujetada a una tirante correa a varias cuadras de su territorio reconocido por sus marcas naturales.
La chica, llevaba a la gata como si fuese un perro, y ésta no respondía...