Hidalgo, Paloma
El suyo es un amor arrabalero, libre e instintivo al que poco le importan las diferencias sociales que a ambos los separan. Uno frente a otro, compartiendo el acogedor ambiente de un restaurante italiano, juntan sus trufas, manchadas seguramente con el tomate de los espaguetis que a la luz de una vela degustan con formalidad humana. La Dama y el Vagabundo sellan así su amor para disfrute de la perrera municipal: pronto habrá nuevos inquilinos en sus jaulas, de los niños: un beso siempre es un beso; y de otros personajes de dibujos que vendrán después: Fiona y Shrek.