Subcomandante Marcos
Había una vez una persona viva y una persona muerta.
Y entonces la persona muerta le dijo a la persona viva:
- Ay, que envidia tú, tan quieta.
Y entonces la persona viva le dijo a la persona muerta:
- Ay, que envidia tú, tan tranquila
Y en eso estaban, o sea envidiándose, cuando pasó, a todo galope, un bayo caballo bayo.
Fin del cuento y moraleja: Reitero que toda opción terminante es una trampa. Es preciso encontrar al bayo caballo bayo