Aviso de suspensión del Congreso Nacional de Minificción 2014

La Asociación Literaria “Dr. David Lagmanovich”, integrada por la Prof. Ana María Mopty, la Lic. Mónica Cazón, la Prof. Melina Moisé, la Dra. Liliana Massara, el Bach. en Física Julío Estefan, el editor, crítico literario y periodista cultural Rogelio Ramos Signes, y Miembros Adherentes; comunica que el tradicional CONGRESO NACIONAL DE MINIFICIÓN que estábamos organizando para el JULIO UNIVERSITARIO CULTURAL DEL AÑO 2014, (y que no se realizó este año por cuestiones económicas) no se llevará a cabo para no entorpecer el ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE MINIFICCIÓN (del que nos enteramos recientemente) a realizarse en nuestra provincia en mayo de 2014.

Ponemos en conocimiento de la familia de la minificción que este CONGRESO NACIONAL DE MINIFICCIÓN, gestado desde la Asociación Lagmanovich y la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Tucumán se realizaría con el aval y auspicio de innumerables universidades nacionales e internacionales, académicos de primer nivel, centros culturales, la Representación del Gobierno de la Provincia de Tucumán en Buenos Aires, la Dirección de Letras del Ente Cultural Tucumán y, lo más importante, los escritores que cultivan el género, además del invalorable aporte de Raúl Brasca y los organizadores del Congreso Internacional.

También informamos que durante el mes de mayo de todos los años nuestra Asociación participa de la Feria Internacional del Libro (en el stand de la provincia de Tucumán) y de las Jornadas de Minificción Ferial. Y, al regresar, nos abocamos a las actividades del MAYO DE LAS LETRAS que organiza la Dirección de Letras del Ente Cultural de la provincia de Tucumán.

Deseamos todo el éxito para este nuevo ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE MINIFICCIÓN y desde ya nos ponemos a su disposición para lo que necesiten.

Muy cordialmente
Ana María Mopty - Mónica Cazón
Liliana Massara - Melina Moisé - Julio Ricardo Estefan
Rogelio Ramos Signes

Sin título

Villanueva, Cristina

Siempre me dijeron que el monoteísmo significaba un progreso para la humanidad, me resultó muy difícil entenderlo.
Pienso (como un pequeño consuelo) que si hubieran existido muchos dioses, alguno hubiera posado su divina mirada sobre la Esma.

Minicuentos por la Identidad II: Resultados de la Convocatoria

Con la intención de conmemorar el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, invitamos a nuestros lectores a participar nuevamente de una creación colectiva denominada “Minicuentos por la Identidad II”.

Estamos felices porque los resultados fueron una vez más muy positivos. Recibimos alrededor de 200 relatos de autores de todas las provincias argentinas y también de España, México y Colombia.

Queremos agradecer al diario Tiempo Argentino por publicar dos suplementos especiales con varios de los minicuentos y a las editoriales Capital Intelectual y Macedonia Ediciones, por obsequiar 10 libros para sortear entre aquellos que participaron.

A continuación detallamos los nombres de los escritores que salieron premiados. ¡Gracias a todos los que compartieron sus textos a través de Cuentosymas!

1) Renzo Barros
2) Sandro Walter Centurión
3) Roberto Paiva
4) Marcelo Monzón
5) Emiliano Vidal
6) Claudio Occhi
7) Gabriela Mataloni
8) Florencia Tuchin
9) Mabel Enríquez
10) Osvaldo Omar González

La trama

Cabrera, Rubén Faustino

Esa tarde él no volvió de la fábrica ni en los dos días subsiguientes. ¿Lo habrían secuestrado? ¿O habría desaparecido para salvar la vida y luego se comunicaría con ella? Al cuarto día comenzó a tejer, como Penélope esperando a Ulises. Tejió y destejió hasta el sexto día sin llegar jamás a terminar una prenda.
El séptimo día, sin que ella se lo propusiera, sus manos tejieron una capucha y entonces comprendió que él jamás regresaría.

Nunca más

Ricciardi, Bibiana

Querida hija de mi alma (no pude engendrarte con el cuerpo pero si con mi alma), me dicen que no aceptás mis cartas. Tu rechazo duele más que este encierro injusto. Me aterroriza pensar que el esfuerzo haya sido en vano. Todavía recuerdo tus ojos abiertos como platos tras la balacera. Eras tan chiquita, no podías comprender que había sido necesario matar a esos que se decían tus padres, para salvarte de ellos. ¿Qué hubiera sido de tu vida si no hubiéramos intervenido? Yo sé la calidad de educación cristiana que te hemos impartido, y eso no se borra tan fácil. Aunque nos odies estamos en vos. Mucho más presentes que los genes de los subversivos que te engendraron.

Sueño profundo

Ricciardi, Bibiana

Avanza nervioso entre la multitud que lo aclama. Una niña corre a besarlo. Sonríe para los fotógrafos. La fecha patria apenas comienza. Camina firme aplastando las hojas que alfombran la acera. El otoño insinúa su rigor pero el sol aún entibia la ciudad. Emocionado baja la vista. Una mancha en el extremo de la bota derecha le provoca escozor. ¿Qué sustancia ensucia su inmaculada mañana? ¿Por qué se ha puesto las botas en lugar de los zapatos? La gaffe lo irrita tanto como el sacudón molesto sobre su hombro. Su abogado lo conmina enojado, le indica que el juez está esperando que despierte para continuar el juicio. El viejo tirano se acomoda en el banquillo, y continúa oyendo los alegatos en su contra.

Cadena perpetua

Ricciardi, Bibiana

Desde el balcón la avenida se ve pero no se oye. María sabe sostenerse del bramido lejano de un motor. Aprendió a vivir con el oído alerta. Un bocinazo puede esconder los gritos de un compañero desgarrado. Treinta y cinco años después la avenida todavía conserva intactos sus ruidos piadosos. María necesitaba volver seguido. Estremecerse como una hoja ante la imponente entrada pretensiosa del campo de detención. Por eso compró un departamentito justo enfrente. Desde allí arriba se veía casi inocuo.
Quién hubiera dicho que el río estaba cerca. Un río mudo, pura postal. Desde la radio la voz monocorde del juez desgrana una condena eterna. María levanta la copa y brinda. ¿Podrá dejar de temer?

Ausencia

Ricciardi, Bibiana

El llanto comenzó en el momento en que su madre expiró, y continuó en la casa de velatorios. Sentada junto al cajón observaba la cara de la muerta, a través de las lentes empañadas de sus anteojos. La misma máscara inerte de siempre. La ausencia expresiva era anterior a la muerte.
— ¡Sacáte eso!—Creyó escuchar. A su madre no le gustaba que usara anteojos en público. Era miope desde siempre. Tenía grabada en la memoria las fotos de todos sus cumpleaños, desde el primero, siempre soplando las velitas con anteojos puestos.
Lo que no tenía eran fotos de su mamá embarazada. Tampoco con anteojos. Toda la familia tenía muy buena vista.

Madre

Ricciardi, Bibiana

En la intimidad a veces bromeaban, decían que era como la virgen María. No por virgen sino por madre de todos. Ella de religión nada de nada. Igual la comparación le venía bien, una manera de matizar. De disimular tanta intensidad. O sería el pañuelo. La otra también tiene la cabeza cubierta.
A la otra también le mataron un hijo. Claro que la otra tuvo sólo ese, el que le mataron. Ella en cambio dos y medio. El que se llevaron, la que ahora tiene que echar, y el que sintió como a un hijo, y la traicionó.
Madre de todos. Capaz que debería haber tenido sólo uno.

Realidad

Ricciardi, Bibiana

“¿Qué realidad?” me dijo mamá. Perpleja, sorprendida. Asustada. Nunca pensamos que la condenarían por usurpación de realidad. No me van a decir a mí cuál es mi realidad. Lo que existe es real. Mi casa, mi infancia, mi bicicleta.
Entiendo lo de la violencia en la dictadura, los crímenes, y hasta acepto que hubo una madre biológica. Lamento haberme enterado a la fuerza, pero lo acepto. Madre es la que te cría, no la que te pare. ¿Quedan marcas de la crianza en el ADN? Ahora el juez la condena por imponerme una realidad que no era mía…. La mía es la que fue, no la que hubiera sido.
Es tan mía la realidad de mis padres como la de mi abuela nueva, la biológica. Empecé a decirle abuela, a mamá no le molesta.