Renzo Barros
La última vez que sentí su suave y tierna mano acariciarme la frente calmando una de mis crisis de llanto en el instante final en un fugaz resplandor de vida, fue como si millones de estrellas me besaran y la paz del Universo me bañara dándome alas y así elevarme junto a mi padre en el cielo y besarlo otra vez en la frente dándole el ultimo adiós.