Renzo Barros
Lalo es un adolescente picarro de ojos brillantes y pestañas como cortinas. Jugaba todo el día a las borlillas, a la rayuela, payana. Siempre pensaba que en el espacio nos miraban y no entendian lo que hacíamos, así se puso a contar la historia de los juegos terrestre, escribía papelitos sobre cada uno y los colgaba en la soga de la ropa de su mamá, a veces el viento los llevaba a pasear, o los pajaritos los robaban para sus nidos. Una noche vio por su ventana una luz verdosa que iluminaba todo el patio de su casa, salio curioso en busca de aventuras y dos verdes niños con orejas largas lo invitaron a pasear en su jet lunar. En el tablero estaban pegados sus papelitos desaparecidos. Volaron por cráteres, anillos y galaxias y así, secretamente, algunas noches los amigos interplanetarios pasean y juegan entre el cielo y la tierra a la rayuela de ilusión.